1 de abril de 2011

Brindo



Brindo por haberte conocido, por haber compartido ese largo e intenso período de tiempo contigo, porque en el primer momento hayas tomado la iniciativa, por la muy grata impresión que causaste en mí aquel día que nos conocimos, casi por casualidad… por el efecto que causaste en mi corazón, por el recuerdo bello e imperecedero que ahora vive en esta cabeza vieja y atontada.

Brindo con esta copa de tu vino favorito, sí, cabernet sauvignon, por todos y cada uno de tus mensajes, verbales, no-verbales y, sobre todo, los corporales. Por tus palabras cariñosas, por la música que me mantiene vivo y pudimos compartir; por ser como eras, por tu silencio, por tu complicidad, tan difícil de encontrar; por tu paciencia, por tu sonrisa, por los años que pasamos juntos en Barcelona; por el tiempo que perdimos, por Elisa y Gonzalo. Por tu regreso a ese lugar de donde venimos. Por tu descanso que dicen es eterno. Por el trabajo que me espera por el hecho de estar sin ti; por las experiencias venideras, por la posibilidad de visitarte pronto ahí en donde estés, espero que con todos los gastos pagados. Ya sabes que soy un tacaño. Por todas las despedidas, por los éxitos y fracasos que tuvimos. Por la pasión, por el amor que te tengo, por ti, por mí y en general, por todas las penas y alegrías que hacen que la vida sea absolutamente imprescindible de vivir a fondo. Hasta el último minuto. A nosotros nos ha resultado bien, ¿no?

Pese a los miles de kilómetros que nos separan, ilusorios, sí, y la certeza de saber que no nos veremos más, estoy contento por haberte conocido, sin más. Nos dimos la oportunidad de indagar profundamente el uno en el otro y el sólo hecho de escribirte en este momento me hace cambiar mi estado de ánimo. No estás físicamente, pero estás y estarás de muchas maneras, tangibles como este papel y de otras tantas que no se pueden explicar...

Compartí contigo los sonrojos, las emociones, los pensamientos, los sueños y los muchos recuerdos que en estos años se generaron. Me quisiste tal cual era, tal cual soy.

Te extraño, te extraño     ... tanto. Mmm… Dicen que cuando somos así de viejos basta que se muera uno para que al poco tiempo se muera el otro. Siempre lo escuché e incluso supe de unos conocidos a quienes les pasó. ¿Será así conmigo? ¿Me iré pronto? Si uno se muriera de pena, diría que sí, que me podría pasar.

Por ahora ya no quiero pensar en eso. Por ahora no quiero pensar en eso.

Se supone que pronto… ehhh, pronto...   vendrán los niños a verme y… y me alegrarán el día. Si vieras cómo crece la pequeña… mmm, vaya,… me cuesta acordarme del nombre.

Bueno, brindo por ti, mi amor,… aunque sé que no te gusta nada que te llame así. Ni siquiera ahora puedo dejar de ser tan cursi,… ya lo ves. Mmm... ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí… que brindo por ti y por el momento en que la muerte me llame y, ... ehhh... en que la muerte me llame y…    finalm   ente ,   nos podamos … r eencon   tra


2 comentarios:

  1. Bello pero triste, nose si es real o que pero si estas palabras producieron tristeza, esa tristeza extraña q te hace nudo la garganta y no te permite llorar...mmmm...si tus escritos siguen asi, terminare llorando...

    ResponderEliminar
  2. Gracias! No espero hacerte llorar, eso sería mucho para mí :) Ojala sigas pasando por aquí y te sigan gustando mis cuentos ;)

    ResponderEliminar